POLÍTICA    

Denuncian indiferencia de Gil

Trabajadores de La Razón en paro por mala administración

> Los periodistas del matutino denuncian que en los últimos años fueron sujetos de imposiciones ideológicas para favorecer políticamente al gobierno de Evo Morales y Álvaro García. Carlos Gil, el dueño del medio, fue el “empresario mimado del MAS”



Los trabajadores del matutino La Razón de la ciudad de La Paz cumplieron ayer un paro de 24 horas en protesta por la mala administración, la indiferencia del dueño del impreso, Carlos Gil, que hasta la fecha no respondió sus reiteradas demandas entre las cuales está la renuncia de la actual directora, Claudia Benavente.

Mediante un voto resolutivo, del 11 de febrero, el Sindicato de Trabajadores de este medio periodístico determinó realizar la medida extrema que se cumplió ayer.

Los obreros de la información expresan su malestar ante la falta de una respuesta al voto resolutivo 02/2020 que fue enviado al propietario de la empresa, Carlos Gil.

En el documento, reiteran el pedido de renuncia de Benavente “por promover una actitud de divisionismo entre los trabajadores de la empresa, por falta de voluntad de diálogo y acercamiento con este sector, por su posición parcializada con un trabajador externo que desprestigio a la planta de redacción a la que hizo ver como un ente censurador”.

Acusan a su directora de realizar una mala administración de la empresa, del periódico y de una falta de dirección periodística en los diferentes procesos de elaboración de un medio impreso cuya prueba es un fracasado “proyecto de convergencia”, y por la sostenida actitud de soberbia y prepotencia hacia sus subalternos.

Los trabajadores de La Razón también observan el trabajo que desempeñan sus inmediatos colaboradores Rubén Atahuichi y Miguel Gómez. Son acusados de una tendencia favorable al partido del Movimiento Al Socialismo (MAS) en temas sensibles relacionados con el anterior gobierno.

CARLOS GIL

El matutino La Razón, en las últimas gestiones de Evo Morales, se convirtió en un medio alineado políticamente al MAS, observaron varios parlamentarios, tal es el caso del senador Oscar Ortiz quien el año pasado presentó un amplio informe sobre una investigación de fiscalización a las actividades del magnate venezolano-paraguayo, Carlos Enrique Gill Ramírez, a quien calificó como el “empresario favorito” del Gobierno del MAS, porque es el intermediario para la llegada de firmas transnacionales a Bolivia, se beneficia con la adjudicación de contratos a subempresas de las cuales es accionista. Además es el mayor accionista de las dos redes de ferrocarriles en Bolivia que en 14 años, Evo Morales, no nacionalizó y es dueño de varios medios de comunicación denominados “paraestatales”.

Ortiz, en su informe titulado “Carlos Gill Ramírez: el empresario favorito del MAS”, hace una relación de los vínculos y negocios que tiene el empresario paraguayo-venezolano con las obras estatales en el Gobierno de Evo Morales.

Ortiz en su informe asegura que en Bolivia, Gill Ramírez es dueño de los periódicos paceños La Razón y Extra; participa accionariamente en la empresa Cotienne S.A., subcontratada para la construcción de la red de teleféricos en La Paz y El Alto y, también, en la construcción de obras civiles para la Planta Separadora de Líquidos de Río Grande y la instalación de 13 radares de la empresa Thales Air Systems S.A.S.

Él se autodefine como el “ideólogo e impulsor” del tren bioceánico ya que posee el 50 % en el capital social de las Empresas Ferroviarias Andina y Oriental (las únicas empresas capitalizadas durante los años 90 que no han sido nacionalizadas por el gobierno del Presidente Morales Ayma), a partir de las cuales ha desarrollado una red de inversiones en Brasil, Argentina y Paraguay para cubrir el área que ocuparía el tren bioceánico.

Por otro lado, fuentes extraoficiales aseguraron a este medio que en el caso del impreso paceño tuvo una estrecha relación el exvicepresidente Álvaro García quien de forma directa o a través de terceros imponía la línea editorial e informativa del matutino.

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