NACIONAL    

Hechos delictivos

Zonas alejadas piden cámaras de vigilancia

> Las cámaras disminuyen los hechos delictivos en calles, pero los ladrones se dan modos para no ser reconocidos en las filmaciones de seguridad.



Vecinos demandan la instalación de cámaras de vigilancia y patrullajes policiales en las zonas periurbanas, como Río Seco, Senkata, Huayna Potosí, puente Seke, entre otras ubicadas en los distritos 4, 5, 7, 8 y sobre todo los sectores rurales, ante los diferentes hechos delictivos que se reportan.

Los hechos que frecuentemente suelen registrarse son los robos agravados al interior de domicilios, actividades económicas o en contra de transeúntes, la inseguridad no solo se presenta en la Ceja, como suele mostrarse en los operativos policiales que salen los viernes o fines de semana, sino sobre todo en aquellas zonas alejadas, pero no por ello son menos importantes.

Pedro Huayta, es uno de los testigos y víctima de la ejecución de este tipo de hechos delictivos, cuando fue la casa de su suegra la que llega a ser vaciada por los delincuentes en menos de 10 minutos, fue el tiempo que diariamente deben utilizar para dejar a los menores a su colegio, tiempo en que es aprovechado por los grupos delictivos, quienes apoyados por un vehículo, no solo están dispuesto a perpetrar la vivienda privada, sino hacer uso de arma de fuego sin ninguna contemplación, como instrumento de amedrentamiento o “defensa” ante el riesgo de ser descubiertos o linchados.

Huayta recordó la inseguridad en Senkata es similar a la que se aplica en los barrios periurbanos, donde solo funciona los mecanismos de seguridad empleados por vecinos de una calle o barrio, ante la ausencia de políticas certeras emprendidas por el Gobierno o el Municipio.

“Solo en la televisión es que nos enteramos que han detenido, que la Policía ha hecho un operativo, pero todo eso se realiza en la Ceja y El Alto tienen una gran extensión que está más allá de las 12 calles de la Ceja, a nuestra zona solo llegan cuando hay denuncia de linchamiento y llegan para socorrer delincuentes”, expresó.

En concreto, Huayta es parte del 80 % de habitantes que vive en vilo por la inseguridad ciudadana y la violencia que se apropia no solo de las calles, sino de las familias, donde lo importante del cambio de conducta continúa siendo el consumo de bebidas alcohólicas.

Es por eso que en los datos estadísticos de robos agravados, feminicidios e infanticidios en la pasada gestión, El Alto está ubicado como la segunda ciudad donde se atienden los hechos de violencia más inhumanos que son ejercidos es su mayoría de los casos por varones en contra de grupos vulnerables a quienes no se les da una segunda oportunidad de vida.

Son estos hechos de inseguridad los que genera no solo el luto en cada una de las familias, sino ante todo deja una población de nuevas generaciones huérfanas quienes reciben como mensaje que la violencia y los hechos delictivos aún no llegaron a ser controlados y menos sancionados en manos de un débil Ministerio Público.

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