OPINIÓN    

Julio en La Paz

Heberto Arduz Ruiz



No se refiere la presente nota al conjunto o a alguna de las actividades relativas a la pasada efeméride paceña. Concierne más bien a otro Julio, que por apellido lleva Barriga, poeta y escritor que en uno de los salones de la Cinemateca presentó su nuevo libro Aforismos + Diario de hospital, bajo el sello editorial El Cuervo.

En realidad, conforme el autor aclara, no se trata en stricto sensu de aforismos, vocablo que semánticamente significa sentencia breve y doctrinal. Y su Diario de hospital, anotaciones archivadas por más de 20 años, tiene que ver con la internación durante veintiún días en un nosocomio argentino, debido a haber sido atropellado por un camión en circunstancias en que, montado en una bicicleta, se aprestaba a ir a celebrar el fin de siglo el 31 de diciembre de 1999.

A modo de ejemplo, he aquí algunos de los aforismos en materias específicas: el amor, el alcoholismo, el vino, la poesía, la infancia, la milicia, la muerte y, en fin, otros aspectos que recoge el pensador en su cotidiano vivir en la tierra del Guadalquivir:

• “El amor es una página de piel más allá del aire”.

• “El alcohol es un veneno lento. Los familiares (del alcohólico) preferirían algo más rápido”.

• “Y si te gusta el veneno, por lo menos que sea del bueno”.

• “De Noé hasta aquí el mejor invento sigue siendo el vino”.

• “De vez en cuando tengo la sensación de que ya me morí hace tiempo, y no me di cuenta, o a alguien se le olvidó avisarme”.

Y la nota cómica salta en la página 41, cuando afirma: “Haz lo que te dice el Tao. Quédate sentao”. Y “¿Cómo puede haber Círculo de Oficiales si todos ellos son unos cuadrados?”. Otro de tono grave: “Qué haría si fuera Dios? Renunciaría”.

Julio publicó con anterioridad dos libros titulados Aforismos desaforados (1994 y 2004), que en la actualidad son ediciones agotadas y no se las encuentra, salvo en algunas bibliotecas. En el prólogo del nuevo libro el autor puntualiza: “rompo la promesa de no publicar más aforismos y con la esperanza de llegar con este libro a las inmensas minorías del país”. ¡Vaya ironía la suya…! Julio inunda la obra de reflexiones irónicas.

Al cabo este nuevo libro es de bolsillo. Para llevarlo a algún café y, ávidos de curiosidad, pasear por sus entretenidas páginas.

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