La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó ayer la nueva “ley del odio”, aprobada en Venezuela, al calificarla como ambigua y una “coartada” del presidente Nicolás Maduro para acabar con la ya “debilitada libertad de expresión”.
La iniciativa “criminaliza la disidencia y borra de raíz dos de los derechos más preciados en una democracia, la libertad de asociación y la libertad de expresión”, aseguró el presidente de la SIP, Gustavo Mohme.
Además, la SIP precisó que la ley castiga con penas hasta de 20 años de cárcel por “incitación al odio”, condición que se puede atribuir a manifestantes en la vía pública que protestan contra el Gobierno o que expresen críticas y opiniones en redes sociales y medios de comunicación.