[Georgette E. Bretel de Aliaga]

ETIQUETA

¿Cómo educar a nuestros hijos?



Los niños son como un lienzo nuevo, en el cual podemos plasmar verdaderas obras de arte.
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Es bueno considerar que desde temprana edad, los niños deben aprender buenos modales, esto les permitirá garantizar una vida social agradable y feliz.

Los niños son como un lienzo nuevo, en el cual podemos plasmar verdaderas obras de arte, son como una hoja de papel en blanco, donde podemos escribir los poemas y los versos más hermosos. Es el momento adecuado para transmitirles los valores más sublimes; la bondad, la solidaridad, benevolencia, generosidad, ternura, tolerancia y sin duda la educación.

Los niños son como una esponjita que van absorbiendo todo lo que sucede en su entorno, son el fiel reflejo de la familia y por eso es vital comportarnos adecuadamente para que con nuestro ejemplo aprendan y adquieran buenas enseñanzas desde su tierna edad, enseñanzas que serán gravadas en su memoria y, sin duda, será difícil que lo olviden.

Los adolescentes y adultos ya tienen una personalidad definida, especialmente en el segundo caso, y aunque nunca es tarde, es más difícil pretender cambiar algunos rasgos de su personalidad así como su educación, es por esta razón que debemos formar y educar a nuestros hijos desde que son pequeños.

Hay una frase del Sr. José Mujica que me gusta mucho y la considero muy acertada… “En la casa se aprende a: saludar, dar las gracias, ser limpio, ser honesto, ser puntual, ser correcto, hablar bien, no decir groserías, respetar a los semejantes y a los no tan semejantes, ser solidario, comer con la boca cerrada, no robar, no mentir, cuidar la propiedad y la propiedad ajena, ser organizado. En la escuela se aprende: matemáticas, lenguaje, ciencias, estudios sociales, inglés, geometría y se refuerzan los valores que los padres y madres han inculcado en sus hijos”.

Como lo dije anteriormente, la mejor forma de educar a nuestros niños es con el ejemplo, pues de nada servirá decirles una y otra vez “quita los codos de la mesa” o “siéntate derecho” si nosotros como padres no hacemos lo propio, tampoco podemos pretender que los niños no digan groserías si de repente es habitual escucharlas en casa.

Cuántas veces ha pasado que asistimos a una invitación y acudimos con nuestros hijos y es más la preocupación de cómo controlar su comportamiento en la mesa que compartir y disfrutar la invitación. Seguramente, muchas veces hemos optado por disculparnos para no asistir con tal de no pasar calores frente a los demás… que mal no?

Si educamos a nuestros niños correctamente y sobre todo a tiempo, estoy segura que no pasaremos por momentos vergonzosos, mas al contrario es posible que recibamos elogios que nos harán sentir bien pero más importante aún, estaremos garantizando una vida social agradable y feliz para nuestros hijos.

El buen o mal comportamiento de los niños es la etiqueta que califica la educación de los padres.

¿Y qué es lo se debemos enseñar a los niños? Pues, exactamente todo lo que se enseña a los adultos respecto a la urbanidad, los buenos modales, buenas costumbres y buenas maneras.

• En primer lugar el saludo, cuántas veces hemos visto adultos, adolescentes y niños que ingresan en un recinto o en un vehículo de transporte público sin saludar o al revés; no responden si otra persona saluda al ingresar. A mí me ha pasado que después de saludar me dejaron con el saludo en la boca y eso que no era yo quien llegaba y tampoco fue una niña, fue una persona adulta y evidentemente me sentí muy incómoda, pero no tardé mucho en comprender que no todos hemos tenido la misma educación y por lo mismo si tuviera que saludar otra vez, claro que lo haría porque a mí eso me enseñaron… hay ocasiones en las que tenemos que saber ser tolerantes, es parte de las buenas costumbres y buenas maneras.

• Enseñemos a nuestros niños a sonreír de manera natural cuando se dirijan a otras personas, con un “Buenos días, buenas tardes, buenas noches, hasta luego” y por supuesto no es menos importante saber decir cuando sea preciso “Por favor, gracias, disculpe, permiso”.

• El respeto y la consideración hacia las demás personas, incluye saber a quiénes debemos tratar de “tú” o “usted”, en un artículo anterior mencioné que en algunos países el “usted” es lo más apropiado incluso entre padres e hijos, en todo caso debemos fijarnos en el contexto en el que nos encontramos.

• No hablar a gritos, ni en casa y mucho menos en la calle ya que además de ser una falta de respeto es también una falta de consideración hacia los demás.

• Al hablar por teléfono también debemos ser educados y gentiles al igual que en las RRSS (Redes Sociales). Es lamentable ver que la comunicación escrita se ha vuelto tan fría y que en la mayoría de las veces ya no hay esa calidez con la que se escribía antes, mostrando educación y respeto.

• No se debe interrumpir a dos personas cuando están hablando, por lo general los niños son impacientes y quieren ganar nuestra atención de inmediato, incluso haciendo berrinches. Debemos explicarles con sabiduría que una de las virtudes del ser humano es saber ser pacientes.

• Es de vital importancia enseñar a los pequeños que el aseo y el cuidado personal es fundamental para una persona, el cabello limpio y bien peinado, las uñas y manos muy limpias, los dientes brillantes y el aliento fresco, la carita bien lavada, son el adorno natural de todos. Debemos explicarles también con mucha sabiduría que proyectamos lo que somos a través de este lenguaje mudo. Puede ser risible pensar en lo absurdo que sería tratar de explicar esto a nuestros niños, pero sin duda, cada uno vera la mejor manera de hacerlo, esto no es algo que solo debemos practicar los mayores, se supone que lo que tratamos de hacer es que los niños crezcan con este pensamiento.

Quiero citar una frase de la Sra. Mirtha Legrand, quien suele decir: “Como te ven te tratan y si te ven mal: te maltratan”, puede sonar algo torpe tal vez hasta discriminativo, sin embargo nosotros debemos tener la madurez necesaria para verlo como algo real, ojo que no son joyas ni trajes caros lo que nos definirá como personas, hablamos única y exclusivamente de pulcritud.

• Tanto a los niños como a las niñas se les debe enseñar la diferencia entre ambos… ¿cómo así? Simplemente enseñando a los niños a no ser bruscos o torpes con las niñas, hacerles comprender que existen gentilezas propias de los varoncitos, ceder el asiento, el paso, jugar sin empujones. Lo propio con las niñas, enseñarles como caminar, la manera de permanecer de pie, como sentarse, como bajar las gradas, etc. Es importante marcar las diferencias entre femíneo y varonil.

• En la mesa, se les debe enseñar desde muy temprana edad, un impecable comportamiento. En ocasiones el amor de padres suele perjudicar, por ejemplo; cuando se está en la mesa al momento de comer dicen “es muy pequeño(a) que disfrute…” y así permiten que coman con las manos y hagan cosas que pueden resultar muy desagradables y no se los incentiva para que aprendan a utilizar los cubiertos y tantos otros ejemplos que podemos citar. Desde luego que de acuerdo con la edad se les iré enseñando de manera paulatina.

La disposición de la vajilla en la mesa, el ingreso y salida de la mesa, el uso de la servilleta, como beber, como utilizar los cubiertos y copas o vasos, por donde introducir y retirar los platos, la forma de comer los diferentes alimentos, a no chuparse los dedos con restos de comida, no utilizar jamás los indeseables palillos o mondadientes, qué cantidad comer, temas de conversación en la mesa, etc. Son cosas que los niños deben aprender y tengan la certeza que el comportamiento que sus hijos demuestren cuando tengan invitados o coman fuera de casa, los harán sentir muy orgullosos.

 
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